sábado, 28 de febrero de 2015

Reyezuelo listado (Regulus ignicapilla)

La nueva entrada vuelve a ser una monografía, en esta ocasión dedicada a uno de los peques de nuestra avifauna: el reyezuelo listado Regulus ignicapilla; un pajarillo cuya longitud es de 9-10 cm., un tamaño que le convierte en el segundo pájaro más pequeño de cuantos tenemos en Europa, por detrás de su pariente reyezuelo sencillo Regulus regulus que es solo medio centímetro menor.

El dimorfismo sexual en esta especie no es muy acusado, aunque si se tiene la oportunidad de observarlo en óptimas condiciones distinguir los sexos, en general, es bastante sencillo. Para ello basta fijarse en la cabeza, en el color del píleo más concretamente: los machos lo tienen anaranjado y las hembras amarillo; no obstante, este detalle discriminatorio no siempre es tan claro y evidente, ya que hay machos que tienen el píleo más amarillento y hembras que, por contra, tienen algo más anaranjado de lo normal el suyo; los jóvenes hasta la muda otoñal no tienen confusión alguna con los adultos, pues carecen del dibujo pileal (no así puede suceder con los mosquiteros, de tamaño y actitudes similares, aunque el reclamo es completamente distinto y definitorio).

El reyezuelo listado es un pájaro de campiña; frecuenta áreas de matorral y arbolado disperso, aunque también podemos encontrarlo en bosques, sintiendo una especial predilección por los de caducifolios; su presencia en los pinares tampoco es inusual, si bien este ave no está tan ligado a las masas de perennifolios como su pariente sencillo.

Es un avecilla hiperactiva que continuamente se encuentra buscando insectos y pequeñas orugas entre el follaje. A pesar de su tamaño y sus costumbres, es un pájaro que no resulta difícil de localizar, pues emite de continuo un alto y característico reclamo que llama poderosamente la atención del observador. Ahora bien, una cosa es localizarlo y alcanzar a verlo, y otra muy distinta que la observación se realice lo suficientemente bien como para apreciar los detalles de su colorido plumaje.

Bastantes son los días que he intentado fotografiar a este diablillo, sin éxito casi siempre. El fotografiado de este pájaro es harto complicado de llevar a cabo! Sin embargo, hace unos días la suerte estuvo de mi lado, pues me topé con un macho que se mostró extraordinariamente colaborador, algo que le agradecí enormemente, pues me permitió captar en muy buenas condiciones la enorme belleza que atesora este diminuto pajarillo. Una parte del trabajo obtenido ese día es el que muestro a continuación, por aquello de dar una nota de color al post. Espero que os guste el resultado!

lunes, 23 de febrero de 2015

El camachuelo común (Pyrrhula pyrrhula)

El camachuelo común Pyrrhula pyrrhula es un pájaro del tamaño de un gorrión común, de aspecto rosbusto, detalle este que se ve especialmente acentuado por el diseño de su pico, muy corto, ancho y redondeado, de color negro. Este pájaro presenta un marcado dimormismo sexual. El macho tiene la parte superior de la cabeza negro brillante, color que se extiende hasta debajo del ojo y rodea la parte inferior del pico cubriendo parte del mentón; la cola y las alas también son negras, pero con una tonalidad azulada; franja alar grisácea; las partes inferiores son rojo bermellón, excepto la zona inferior del abdomen y las infracoberteras caudales que son blancas; el dorso es gris azulado, y el obispillo blanco.

Camachuelo común, macho

Las hembras son de un colorido más discreto. En ellas el rojo del macho está sustituido por un tono pardo rosado, y el dorso teñido de pardusco; además, el negro de la cabeza es menos intenso que el del macho, y el de las alas y cola es menos azulado (la franja alar también es más pálida).

Camachuelo común, hembra

Los jóvenes son parecidos a la hembra, pero se distinguen muy fácilmente por carecer de negro en la cabeza y tener el pico más claro.

Camachuelo comun, joven. Fotos de archivo. Avesdeburgos.com, 2003

La presencia de este pájaro está condicionada por la existencia de matorral y arbolado donde poder nidificar y obtener alimento. En Burgos, su distribución reproductora se engloban en dos núcleos principales: uno se halla en el norte de la provincia y el otro en las Sierras de la Demanda y Neila, en el Sistema Ibérico, siendo la Tierra de Pinares su distribución más sureña.


Las parejas se forman durante el invierno, y estas permanecen unidas incluso cuando se encuentran agrupados con otras parejas o ejemplares "solteros". Durante el periodo de cría es muy silencioso, lo que dificulta mucho su localización. Al contrario que sucede con el reclamo, que puede ser escuchado a varios cientos de metros de distancia, el canto consiste en una serie de gorjeos emitidos en bajo tono que solo se escucha a corta distancia. Las parejas comienzan la construcción de los nidos en abril, que se encuentran bien protegidos en el interior de los matorrales y arbustos espinosos a una altura del suelo no superior a los dos metros. Las primeras puestas se inician entre finales de mes y comienzos de mayo; las segundas puestas se prolongan hasta el mes de agosto; excepcionalmente, algunos años pueden realizar una tercera a finales de verano (como sucede también con otras especies afines como verderones comunes y jilgueros, por ejemplo). La puesta consta de cuatro a seis huevos; la incubación comienza tras puesta del último huevo, y es la hembra quien se encarga por entero de la incubación, cuya duración oscila entre los doce y los catorce días; durante este tiempo la tarea del macho es la de proporcionar los cuidados a su compañera mientras se encuentra en el nido. La permanencia de los pollos en el nido es de dos semanas.


Es un pájaro de carácter tranquilo y poco asustadizo, sobre todo cuando se encuentra en grupos, que se encuentra casi siempre entre el follaje de árboles, arbustos y matorrales en busca de alimento: semillas, bayas, brotes de los árboles, insectos... El culmen (mandíbula superior del pico) presenta el borde muy afilado, especialmente adaptado para el corte de las yemas y los brotes.


Para obtener el alimento con frecuencia adoptan posturas acrobáticas similares a las de los páridos (carboneros y herrerillos).


En el suelo, donde no es habitual verlo, se desplaza de forma más bien torpe, con el cuerpo agachado y dando saltitos (como un gorrión).

No siempre resulta fácil verlo. De hecho, muchas veces nos percatamos de su presencia al oír su característico reclamo, una especie de "viup", muy lastimero, que nos advierte que por allí se encuentra este pájaro; de no ser por ello, no pocas serían las veces que se nos pasaría por alto su presencia, pese al llamativo colorido de su plumaje (en el caso de los machos), pues tiene la habilidad de pasar desapercibido por su discreción y la costumbre de estar oculto entre el follaje.


Durante el invierno se reunen en pequeños grupos, y aunque la población reproductora está considera como residente habitualmente realizan pequeños movimientos altitudinales. y de tempero. Además, en esta época parece producirse un aporte de ejemplares transpirenaicos procedentes de Francia y Reino Unido, principalmente, que se distribuyen por el tercio peninsular. Es entonces cuando resulta más fácil de encontrar incluso en zonas donde no está presente como reproductor.
 
 
Las observaciones habituales de camachuelos durante el invierno en el entorno de Salas de los Infantes ha sido una constante desde que tengo uso de razón. Sin embargo, desde hace ya algunos inviernos he notado un descenso en el número de contactos con este pájaro, una disminución que puntualmente ha sido muy llamativa. Su erratismo invernal tampoco ayuda en el método comparativo "a ojo", pero es obvio que algo está pasando con los camachuelos. Como digo, basta con echar la vista unas décadas atrás y comparar con lo escaso que resulta verlo hoy en día en las mismas zonas de matorral que poco han cambiado desde entonces. El origen de este descenso de ejemplares invernantes en la zona quizás haya que buscarlo en sus tierras de origen (modificaciones del hábitat, factores climatológicos, aumento del alimento...), aquello que haya podido motivar que ahora sean menos los ejemplares que llegan a la península, y los que lo hacen optan por instalarse en regiones de la península más norteñas a la nuestra.